<EN.. ESTE PLANETA TIERRA…¿QUE NOS ESTA PERMITIDO DECIR ?...Y QUE NO, YA QUE ES TABU.
-¿Qué nos está
permitido decir? En cada familia existen determinadas emociones que pueden ser
consideradas -peligrosas. Se ocultan tras la mampara y todos respetan esa especie
de acuerdo no expresado verbalmente. Todos sus miembros pretenden esconder su
existencia, pero siempre hay algo que permanece en la superficie, y que nos
recuerda, que en cualquier momento podemos colisionar con la punta del iceberg.
Sin embargo, siempre hay grados en la impostura, y a menudo tienen que ver con
la inmensidad y magnitud del drama. Todos escondemos algo que nos duele, pero
algunos somos más conscientes de las ficciones que nos sostienen. Pero no hay
nada peor que encontrarse con aquellos que de forma engreída presumen y se
pavonean de contar con una familia y una vida ejemplar, sin fisuras.
-Tal y como decía Shakespeare, “hay más
tragedia en la vida de un hombre que en toda mi obra”. Hay que saber
mirar para entender que con mucha frecuencia la verdad se enmascara y que
tras el esplendor del oro y la plata se ocultan infinitas miserias.
Lamentablemente hay para todos.
-Cuanto
antes admitamos nuestra vulnerabilidad y provisionalidad, más posibilidades
tendremos de comprender la complejidad de la naturaleza humana y los problemas
que puedan surgir. En definitiva, somos la memoria que tenemos y la
responsabilidad que asumimos, sin responsabilidad quizás no deberíamos
existir.
-Se pronostica que de aquí al año 2050 la
cantidad de ancianos que no pueden valerse por sí mismos se multiplicará por
cuatro en los países en desarrollo. Verdaderamente el capitalismo no tiene nada
que ver con el deseo de mejorar la condición humana. La economía dominante mira
solo a la producción y el consumo, despreciando todo aquello que no sirve a la
lógica utilitarista del mercado. El infierno de los vivos no es algo que será;
hay uno, es aquel que existe y ya está aquí. Lo creamos nosotros mismos. Según
Joan Carles Melich existen dos maneras de no sufrirlo. -“La primera es fácil para muchos, aceptar el infierno y volverse
parte de él. La segunda es peligrosa y exige atención y aprendizaje continuos;
buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y
hacerlo dudar y darle espacio”. No creo que exista mayor soledad en el mundo
que la de saber que no importamos a nadie. Vivimos en un sistema que funciona
sin pensar en las personas: ¿Para qué gastar dinero en un ámbito condenado a no
ganar beneficios? ¿Para qué destinar fondos en los más vulnerables, si jamás
aportarán un tangible rendimiento económico?.
-¿Cuántas
de estas personas no se encontrarán solas y sin ayuda? A menudo, cuando me
siento al límite pienso en situaciones más aciagas que la nuestra, con el fin
de no perder la perspectiva. Los libros también me sirven de asidero. Las
palabras son para mí como el sol para las plantas. Sin ellas, sin su
significado, no soy nada. Sin embargo tengo miedo al día en que los libros ya
no me sean suficiente.
-Visto lo
visto, que se puede publicar por este Internet, palabras sabia y comedidas, o
fotos de otros que ponen lo que les sale del coño en sus trucadas fotografías,
sean verdad o no real sus mensajes fatuos.
Copiado
de unos manuscritos israelis del Mar Muerto y traducidos por el que suscribe
los hechos , YA.
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